Reese vuela y Powell se desploma en el Mundial de Portland

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El neozelandés Tomas Walsh logra el oro en peso en la final más concurrida de siempre

La estadounidense Brittney Reese, campeona olímpica de longitud, consiguió en Portland su tercer título mundial en pista cubierta gracias a su último salto, de 7,22 metros, que relegó al segundo puesto a la serbia Ivana Spanovic, que había dominado el concurso hasta ese momento.

Una semana después de conseguir en la misma pista el título nacional, Reese se ha quedado a un centímetro de su propio récord de los campeonatos, que estableció en Estambul 2012.

Spanovic, medallista de bronce tanto en sala como al aire libre, dominó la final desde su primer salto, de 7,00 metros y creía tener a buen recaudo el título con los 7,07 de su quinto, pero Reese sacó lo mejor de sí misma en su último esfuerzo.

La británica Lorraine Ugen, ganadora del Gran Premio de la IAAF en pista cubierta, se llevó el bronce con 6,93.

La maldición de Powell

En los 60 metros, Trayvon Bromell, estadounidense de 20 años, se convirtió en nuevo rey del esprint corto tras imponerse en la final con un tiempo de 6.47, tres centésimas más rápido que el jamaicano Asafa Powell, que buscaba su primer oro individual.

Antecesor de su compatriota Usain Bolt como plusmarquista mundial de 100 metros, Powell parecía más cerca que nunca de su primer título individual -es campeón mundial y olímpico de relevos 4×100-, pero volvió a fallar en la hora suprema y con 33 años perdió una gran oportunidad.

«He recuperado mi salida, que había perdido desde hace algunos años. He trabajado mucho este aspecto», explicaba después de las semifinales Powell, el hombre que más veces (101) ha corrido los 100 metros en menos de 10 segundos y que en semifinales había logrado la mejor marca mundial del año (6.44).

Pero Asafa no acertó en el momento decisivo. Bromell, que no había brillado en el campeonato americano una semana antes, se le anticipó ya en la salida (121 milésimas) y no permitió que el jamaicano le diera alcance. El tercer puesto fue para el barbadense Ramon Gittens con 6.51, seguido del chino Zhenye Xie (6.53), mientras que el cristobalense Kim Collins, a punto de cumplir los 40 años, sucumbió con una marca de 6.56 después de haber ofrecido una excelente imagen en las dos rondas precedentes. El británico James Dasaolu, campeón de Europa, había sido descalificado en semifinales por salida falsa.

Walsh, rey del peso

Tomas Walsh, un lanzador neozelandés de 24 años, se proclamó campeón mundial de peso bajo techo en la final más concurrida de la historia, y Estados Unidos, ganador de los seis títulos anteriores, no estuvo siquiera en el podio.

La final directa, con 19 lanzadores en liza, coronó a Walsh.

Estados Unidos había ganado los seis últimos títulos pero fue a perder la corona en casa. Walsh, bronce en la edición anterior, no dio la menor opción a sus rivales. Batió tres veces el récord de Oceanía y desde la segunda ronda, cuando lanzó 21,60, dejó el concurso visto para sentencia, aunque luego mejoró en la cuarta (21,64) y en la sexta (21,78).

El fracaso estadounidense adquirió dimensiones catastróficas, ya que ninguno subió al podio. El rumano Andrei Gag (20.89) y el croata Filip Mihaljevic (20,87) recogieron las otras dos medallas. El mejor estadounidense fue Jonathan Jones, quinto con 20,31 por delante del argentino Germán Lauro (20,24).

Fuente: www.marca.com

 

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