Cuando Simeone se convirtió en entrenador del Atlético, en el banquillo del Valencia moraba Unai Emery. Ambas escuadras se enfrentaron el 5 de febrero de 2012, en el quinto choque liguero del argentino como técnico de nuestra Liga. De aquel empate a cero aún sobreviven cinco futbolistas, todos ellos rojiblancos: Juanfran, Godín, Filipe, Gabi y Koke, que aquel día entró de refresco desde el banquillo. Esa continuidad también puede entenderse como síntoma de lo que ha sucedido con ambos conjuntos.
Pero ningún dato en ese sentido como el de los propios entrenadores. Porque después de Unai llegó Pellegrino. Y después de Pellegrino llegó Ernesto Valverde. Y la lista fue creciendo con Djukic, Pizzi, Nuno (que peleó el tercer puesto liguero hasta la última jornada, aunque finalmente cayera del lado rojiblanco), Gary Neville, Pako Ayestarán, Prandelli y Voro. Alguno ni siquiera duró el tiempo suficiente para medirse al Atlético del Cholo. En el caso del italiano, por ejemplo, apenas pudo contempló desde el palco la última victoria del Atlético en Mestalla, el día antes de iniciar su labor. Para cuando el Valencia visitó el Calderón, en la segunda vuelta, hacía tiempo que ya no ocupaba el cargo.
Así que Marcelino, viejo conocido por lo demás, y que de hecho sólo ha perdido dos de los partidos en los que, defendiendo otros colores, se ha medido con Simeone, se convierte este curso en el undécimo entrenador del Valencia durante el intervalo en el que el Atlético apenas ha tenido uno.
Fuente: www.marca.com.ec
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