Se encoge de hombros y dice que no es un líder de la Tri, que se siente más cómodo sin la cinta de capitán. A Antonio Valencia no le gustan las cámaras y habla poco con los medios, pero accedió a conversar con EL COMERCIO. En el diálogo -realizado en la víspera del juego ante Bolivia- muestra un perfil más analítico sobre su actuación con Ecuador. La Selección comenzó la eliminatoria triunfando y usted volvió a destacarse en la cancha. ¿El partido con Argentina fue su mejor exhibición jugando con la Selección? Es el mejor cotejo que he hecho con la Selección. ¡Necesitaba un partido así de completo, me hacía falta! Tuve otra buena actuación en Buenos Aires, cuando nos empataron en el último minuto, en el 2009, pero sin duda, mi gran actuación fue la del jueves. A usted le ha costado destacarse con la Tri. ¿Por qué es tan difícil sobresalir? Hay una presión más grande. Uno actúa en un club importante y en muchas ocasiones la gente quiere que repita esas actuaciones en la Selección y a veces no se puede. Entonces empiezan los comentarios negativos contra uno. Hace un año, la crítica lo demolió por su pálido Mundial y ahora cosecha elogios ¿Qué importancia le da a lo que dicen de Ud. los medios y los hinchas? En general, las críticas te ayudan a ver en qué estás fallando. Hay críticas que me parecen son más personales, que no tienen que ver con aspectos deportivos. Yo cuando veo algo así dijo ‘wow’, ¿esto por qué? ¿es algo personal? Sé que ahora hay elogios y los leo, soy agradecido, pero intento no darles tanta importancia. ¿A qué se refiere con críticas personales? Hablaron de mi vida, metieron a mi familia y es la familia la que al final sufre. Por eso decidí cerrar mi Twitter, porque fueron momentos feos. Ahora, que empezamos una eliminatoria como esta, hay que demostrarle a la gente que a la Tri no se viene por dinero. ¿Siente que su imagen como capitán se desgastó por la repartición de premios del Mundial de Brasil? Ahora estoy más aliviado porque ya no tengo la cinta de capitán. Por ahí tenerla es tener inconvenientes. Cuando arreglas los premios tienes problemas con varios chicos, la prensa también miró las cosas de otra manera y sacaron su idea de lo que pasa adentro. Ahora estoy disfrutando la Selección y Walter (Ayoví) lo está haciendo muy bien. Hay jugadores como Jefferson Montero que dicen que usted es su ídolo. ¿Se siente un líder en la Selección? No, yo no soy líder, soy uno más. Sé que mi rol está en motivar a los chicos, hacer las cosas bien en los entrenamientos para que, sobre todo los nuevos, no estén tensos. Cuando vienen los chicos intento que disfruten de los entrenamientos. Operarse una semana antes de la Copa América fue otra decisión controversial suya. ¿Por qué lo hizo? No tenía otra opción. Cada vez que me tocaban se me hinchaba el tobillo, tenía problemas. Hablé con el cuerpo médico del Manchester y ellos me decían: tienes una placa ahí, hay que sacártela porque cuando te tocan emanas sangre y luego no te entrenas dos o tres días. Cuando tuve la oportunidad de operarme dije que sí, aunque estaba apenado por no poder ir con la Selección. Y sabía que se volvería a hablar del tema de los premios y que se diría que no voy a la Selección por la plata. La gente en redes sociales escribió muchas cosas, pero yo estaba seguro de lo que iba a hacer. Menciona continuamente las redes y por las críticas cerró Twitter. Lo reabrió hace poco y también interactúa mucho en Instagram. ¿Por qué volvió si dice que lo critican mucho? Cuando lo cerré hablé con mi esposa (Zoila Meneses) y me dijo: ok, ciérralo, ya no tengamos problemas. Luego Juan Carlos (Holguín, uno de sus representantes y amigos) me dijo que la gente quería saber de mí, que debía reabrirlo. Me gusta Instagram por la privacidad. Allí publico fotos de mi esposa, mi hija y los perritos. Gustavo Quinteros se reunió con usted, en Manchester, y le dijo que lo necesitaba. ¿Qué idea tiene del seleccionador? Fue una conversación linda. Me visitó y me dijo que contaba conmigo y eso es importante para un jugador. Es un técnico que quiere que hagamos algo distinto en la Selección: no quiere que hagamos 30 pases para llegar, sino estar presionando y acceder al área en tres o cuatro toques. Eso me encanta. Además, Ecuador tiene jugadores para ese tipo de juego. La Selección presiona ahora más adelante, casi desde la salida del rival. ¿Cómo cambiaron el chip en tan poco tiempo? Es un modelo que nos acomoda, como digo hay jugadores en ofensiva que sirven para este modelo. En lo personal me ayuda mucho no tener que recorrer 40 metros con el balón, sino que ahora soy más peligroso porque tengo los 15 metros finales para centrar. Siempre fue un jugador veloz, pero al ir a Europa subió más de 20 libras de masa muscular. ¿Cómo hizo para no perder la rapidez, pese a su corpulencia? Son virtudes que nacen con uno: hay jugadores habilidosos, otros somos más rápidos. Además, es una cuestión de entrenamiento. Todos los días practico movimientos de precisión y velocidad que me ayudan mucho. Le sacó dos cuerpos a Emanuel Más y Ezequiel Lavezzi en el segundo gol a Argentina… Sabía que en esa jugada no podía fallar. Ya en el primer tiempo di dos malos pases, a destiempo. Me concentré más y dije que no podía fallar: avanzaba y veía de reojo a Felipe y seguía avanzando hasta que le puse el pase justo ahí. Tiene contrato hasta el 2017 en Manchester. ¿Qué vendrá después? El futuro solo lo sabe Dios. Yo sigo trabajando para seguir en el equipo. Con ello alimento a mi esposa y a mi hija.
Fuente: www.elcomercio.com
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