Los signos y síntomas de la rabdomiólisis: cuando demasiado ejercicio es perjudicial para tu salud

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Sabemos que «más» no necesariamente significa «mejor», y con el ejercicio ocurre lo mismo; si las variables de nuestro entrenamiento como el volumen, o la intensidad son excesivamente altas, y prolongamos esta situación durante mucho tiempo, podemos correr el riesgo de sufrir problemas como la rabdomiólisis.

Qué es la rabdomiólisis

La rabdomiólisis es un síndrome médico que deriva del daño muscular excesivo, la necrosis del músculo esquelético, y la liberación de su contenido celular al torrente sanguíneo.

Esta condición se puede presentar de muchas formas, aunque por lo general implica dolor muscular más bien alto, debilidad, y malestar general, y puede llevar a consecuencias mucho más graves como fallos renales y arritmias cardíacas.

El nivel más leve de este problema es un sencillo aumento asintomático de los niveles de la enzima creatina quinasa (CK), la cual se utiliza en muchas ocasiones como indicador de daño muscular, y precisamente este daño es lo que pretendemos detectar lo más pronto posible.

Dolor Rabdomiolisis

Sin embargo, una situación mucho más avanzada de la rabdomiólisis puede incluso llegar a ser mortal a causa de las alteraciones en el balance electrolítico y del fallo renal agudo que impide además de la excreción de orina, la excreción del tejido muscular vertido a la sangre.

Por lo general este síndrome causa debilidad en las extremidades, y mialgias, pero el síntoma más común tanto en la rabdomiólisis traumática como en la no traumática es la pigmenturia, es decir, el cambio de color de la orina (habitualmente este se vuelve mucho más oscuro, con una tendencia muy marcada hacia el marrón).

La presencia de esta triada de síntomas es la manera más común de detectar clínicamente la presencia de esta condición adversa.

Por qué ocurre la rabdomiólisis

Aunque la rabdomiólisis ocurre frecuentemente por una lesión traumática directa, la condición también puede ser el resultado de infecciones, isquemia muscular, alteraciones metabólicas, desequilibrios electrolíticos, alteraciones genéticas, o incluso de un consumo de drogas.

En adultos, por ejemplo, se observa que las causas más comunes de la rabdomiólisis son el abuso de drogas (incluyendo al alcohol y a ciertos fármacos), el síndrome neuroléptico maligno, la inmovilización, y los traumatismos.

Las causas físicas incluyen los accidentes viales, la inmovilización prolongada (por ejemplo en ancianos o tras una operación), el ejercicio extenuante, el síndrome de abstinencia del alcohol, la oclusión arterial (por trombos, por ejemplo), la hipertermia, el síndrome neuroléptico maligno, los golpes de calor y las hipotermias.

Rabdomiolisis

El resto de causas incluyen el consumo de drogas, ciertas infecciones, los desequilibrios electrolíticos (hipokalemia, hipofosfatemia, hipocalcemia, hiponatremia, hipernatremia…), los trastornos endocrinos (hipotiroidismocetoacidosis diabética e hiperaldosteronismo, principalmente), alteraciones autoinmunes, defectos genéticos relativos al metabolismo glucídico y lipídico, y a la susceptibilidad de sufrir hipertermias.

En general, la rabdomiólisis es un problema bastante más complejo de lo que nos pensamos, y aunque puede ocurrir a causa de un sobreesfuerzo muscular muy prolongado o intenso, su etiología es realmente compleja. En cualquier caso, si se cumple la triada de síntomas que hemos comentado previamente, lo más acertado sería conseguir atención médica lo antes posible.

Fuente: www.vitonica.com

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